Diana Carolina Daza Astudillo(Cundinamarca, Bogotá, Colombia)
Publicista egresada de la Universidad Centra (Bogotá- Colombia 2007. Asistente a los talleres de creación literaria dictados por la Fundación Creativa Taller y participante del taller de escritores de la universidad Central prom 2005.Textos suyos han sido publicados en revistas de creación literaria de Ecuador,Venezuela,Colombia y Mexico entre otros. Publicación poemario: "El abrazo de los días grises" 2004. Ha publicado en ediciónes de lujo las libretas-libro "Piedra de toque" en las que incluye su obra poética. ¡Rie, canta y sueña todo el tiempo!
En su blog "PIEDRA DE TOQUE" se encuentra su obra y sus andares poéticos por Bogotá (en nuestros enlaces amigos está PIEDRA DE TOQUE)
MUJER DOLOR DE TANGO
A Ju,
Compañera de tiempo
Canciones
Y corazones rotos.
Con la voz quebrada como Malena
Ella también canta un tango
Con los ojos hinchados y el corazón remendado.
Cada respiro del bandoneón
le arranca un pedazo al alma
reviviendo al fantasma de mil nombres.
Acostumbrada a los secretos del olvido
recorre los lugares donde perdió la esperanza
esa de arder en la gloria
atada a la piel de aquel que con mate en bulìn
supo llevarla al abismo para luego soltarla.
Con la voz quebrada como Malena
ella despide un tango
mientras aplaza de nuevo el amor
y se traga la pasión para otro más valiente
uno de un solo rostro
que traiga en los labios en fuego de una milonga
y no la tristeza falsa de uno
que se cree tango.
DESCENSO DE LAS ESCALINATAS
Inevitable no acercarse al amor calcinante,
Ese que te llama entre la multitud.
Imposible no admirarte,
No dejarse cegar por el veneno de tu calida rutina
No buscarte,
No dejarse seducir por tus labios agrietados
Por ese aliento irrespirable,
Casi podrido que sale de tu boca.
Te temo,
Te huyo,
Pero es màs fuerte la pasión que el miedo
Y al final siempre termino entregándome a la suerte de tus noches.
DESPUÉS DEL DESAYUNO
A esta distancia te dejas amar,
Sin dudas que lastimen,
Sin temores que estorben.
Aquí no importan los ojos
Porque en la lejanía tú mirada no vulnera.
Te vez tranquila,
Medio dormida,
Pero aun así, todos sabemos del peligro de conocerte.
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